Ecopetrol y El Tiempo realizan taller digital en Tumaco

El Ficus: ¡renacerá desde sus entrañas y con la solidaridad de todos!


Por: Fernando Pinzón Pérez

El derramamiento del Ficus, árbol tutelar del parque Colón y de la isla de Tumaco, ocurrido en la madrugada del pasado 24 de diciembre, sacudió lo más profundo de la adormilada sensibilidad de la comunidad de Tumaco.

Este gigante traído desde la entonces remota Africa milenaria, a comienzos del siglo veinte, comenzó a sucumbir por el insostenible peso de sus propias dolencias físicas.

En los años años ochenta la emisora Radio Mira gerenciada por el padre español Agapito Lecumberri, con el apoyo del entonces locutor Justo Walberto Ortiz y un poco antes del periodista José Rivera Posada, realizaron una campaña para restaurarle la salud. Se le recortaron varias ramas y se le aplicaron algunos químicos.

En aquellos tiempos lo ocupaba en calidad de inquilino, sin pagar arriendo y "rociándolo con sus aguas mayores y menores", un personaje típico conocido con el apodo de "Uanfron", un fortacho afrodescendiente amante del boxeo y un poco extraviado de la realidad por tanto golpe bajo recibido en el cuadrilátero de la vida.

Para el economista Gerardo Suarez Perlaza (convertido en opinador y conductor de radio y televisión de unos años para acá y célebre por la conclusión de sus comentarios con la frase: "es que mi pueblo es así"), al Ficus lo trajeron de Senegal en 1903 y fue necesario reimplantarlo en 1917, por achaques tempraneros.

¡Mi madre, el terremoto!
Eso creyó doña Consuelo de Salinas, la madrugada de la Navidad. Su sueño se desgajó con las primeras explosiones de las caídas de las frondosas y pesadas ramas del gigante de madera. Pensó que había regresado el terremoto de diciembre de 1979, solo que ahora más aterrador."Todo se estremecía como si hubiera llegado el final del mundo".

Su tradicional casa está situada al frente del parque en uno de los costados. Ya habian pasado varios minutos después de las 5 de la mañana. El vecindario estaba agitado como la marea, revuelto por el miedo, la sorpresa y el desconcierto.

El casi centenario vegetal, se desparramó ocupando ambas vías pero sin provocar pérdidas humanas. Ni un rasguño para persona alguna. Se llevó sin compasión la parafernalia navideña y unos cuantos avisos de la alcaldía que clamaban por cuidar y conservar los parques limpios y en buen estado.

En cambio "Calidad", el hombre centinela del sector sintió los profundos bajos que emitía el Ficus desde el comienzo de la noche, anunciando su próxima muerte. Dice que lo acompañó en silencio con lágrimas de tristeza que se le caían solas, impulsadas por el dolor que le provocaba el desmoronamiento de un querido y muy viejo amigo, sin poder hacer nada para ayudarlo.

El Ficus, se encuentra en pedacitos repartido en muchos hogares tumaqueños, que lo compran por módicas cuotas, a los dueños de la motosierra, que ahora se usan para las cosas buenas de siempre: cortar los malos recuerdos de una ciudad agobiada por la violencia y la muerte.

La raíz central del Ficus, se mantiene enhiesta y es seguro que renacerá de esta tragedia anunciada, como la Perla del Pacífico.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios expresan la opinión de quien o quienes los escriben por lo tanto es su responsabilidad absoluta; al igual que los artículos del blog tumacopopolo son responsabilidad del autor.